Los trastornos temporomandibulares (TTM) afectan principalmente a personas entre los 20 y 40 años de edad, siendo la edad promedio de 34 años. En general, alrededor del 75% de los adultos pueden tener al menos un síntoma anormal asociado con desórdenes de la articulación temporomandibular (ATM; siglas por las que se suele conocer también el conjunto de sus trastornos).
Índice
Las principales causas de los TTM
El conjunto de músculos, dientes, huesos y articulaciones que conforman la mandíbula permite realizar movimientos en los tres planos del espacio, además de utilizarse para hablar, masticar y tragar.
Parece ser que una de las causas principales es el pico registrado en los desplazamientos del disco alrededor de la tercera década de edad, y para los trastornos inflamatorios y degenerativos de las articulaciones a los 50 años.
Síntomas
Probablemente, el síntoma más habitual sea la crepitación indicativa de osteoartrosis. Es un sonido mantenido, que suele caracterizarse como arenilla durante la apertura y/o cierre de la boca.
No tiene por qué haber dolor en la mandíbula al abrir o cerrar, en cuyo caso se asocia el TTM a una hipermovilidad articular. Por el contrario, la subluxación y luxación de la ATM sí pueden presentar dolor o incapacidad funcional:
- Subluxación = chasquido durante abertura y cierre. Existe desplazamiento del cóndilo, pero aún persiste el contacto entre las dos superficies articulares. Cuando hay dolor, suele irradiar a oído, mismo lado de la cabeza o la cara.
- Luxación: En el momento de producirse, genera intenso dolor, limitación del ROM y no hay chasquido articular durante la apertura o cierre, pero se va perdiendo funcionalidad a medida que avanza el tiempo dado que se ha producido una separación completa de las superficies articulares. Necesita ser colocada de nuevo (reducción) por parte del médico.
Tratamiento
Debido a que la etiología de los TTM todavía no están suficientemente claras e incluso pueden ser por dolores referidos de otras zonas del cuerpo, se ha propuesto una amplia gama de soluciones terapéuticas multidisciplinarias.
Entre ellos se encuentra:
Intervenciones psicosociales y de comportamiento
El estrés en el trabajo y en la vida diaria ha sido propuesto como uno de las principales causas de este trastornos, además de otros factores psicosociales entre los que, en este blog, podemos destacar la fatiga asociada al sobreentrenamiento.
La terapia cognitivo conductual se ha utilizado como intervención psicosocial, habiendo demostrado ser eficaz en algunos metaanálisis. Por la misma línea, técnicas de relajación individual o colectiva (yoga, escuchar música/sonidos relajantes, respiraciones profundas…) e incluso la hipnosis puede incluso ayudar a reducir los síntomas.
Por supuesto, en el caso de que la causa sea un exceso de entrenamiento, la solución es más conocida: desentrenamiento estratégico.
Fisioterapia, osteopatía y otras técnicas manipulativas
En fisioterapia hay muchos enfoques diferentes descritos, pero los ejercicios con el objetivo de aumentar el rango de los movimientos mandibulares son comúnmente involucrados y, aunque siempre es aconsejable ser aconsejado y tratado por un profesional, es cierto que se puede realizar una gran parte de esta terapia física en casa.
El método más simple es por el estiramiento regular dentro de la tolerancia al dolor, utilizando el pulgar y el índice en una maniobra de tijera. Con el hábito, el ROM posible sin dolor aumentará gradualmente.
Los puntos gatillo de los principales músculos que se involucran en el movimiento mandibular pueden hacer notar a alguien con TTM dolor de garganta, pitidos en el oído o sensación de taponamiento; y pueden derivar de la sobresolicitación por:
- Malas posturas: cifosis pronunciada, cabeza adelantada, acortamiento de la musculatura pectoral
- Bruxismo, morderse la lengua o necesidad de masticar chicle continuamente.
De vez en cuando, la fisioterapia incluye el uso de la estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), que puede anular el dolor mediante la estimulación de las fibras nerviosas superficiales y dar lugar a la reducción aguda del dolor, posiblemente debido a la liberación de endorfinas. Sin embargo, creo importante advertir a aquellos que lo tengan en casa y estén pensando en utilizarlo que no debe entenderse como un método único, sino complementario a la terapia física. Por supuesto, siempre mejor bajo supervisión de un profesional.
Para finalizar este apartado, queda hablar de un tratamiento cuya evidencia queda atrás respecto a la fisioterapia, pero que sí es cierto que podría mejorar los síntomas asociados a los TTM.
Piezas de ajuste oclusal
Los protectores bucales, aparatos o férulas de descarga, y piezas de ajuste oclusal se vienen utilizando para tratar el rechinamiento y apretamiento de los dientes, al igual que los trastornos de la ATM. Se cree que este tipo de ayuda redistribuye las fuerzas uniformemente a través de los arcos dentales y/o logra una posición más favorable de los cóndilos en la fosa, lo que se pretende para disminuir el desgaste de los dientes, el bruxismo y los TTM.
Bien, hasta ahí lo que se cree y en lo que se apoyan quienes los prescriben como tratamiento. Sin embargo, hay que avisar que este tema es controvertido ya que, según los meta-análisis más recientes (ver fuentes), no se asocia a una mejora significativa en comparación con métodos pasivos, e incluso se han referido bastantes casos de peor sensación subjetiva de dolor al usarse.
Otros factores
La falta de sueño, los malos hábitos dietéticos, deficiencias nutricionales o comer alimentos duros también afectan a la mandíbula y sus trastornos.
Conclusiones
Conocer los síntomas y signos propios de los TTM es vital para que el diagnóstico sea correcto y poder encauzar el tratamiento en la dirección adecuada sin confundirlos con patologías más conocidas como pudiera ser el dolor cervical.
La fisioterapia, principalmente con métodos activos de aumento de ROM y manejo de los puntos gatillo es el método más eficaz junto a las técnicas de relajación globales. Todo ello, puede ser consecuencia (y causa) de alteraciones biomecánicas en la postura global de nuestro cuerpo.
Fuentes Bibliográficas:
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- Orlando, B., Manfredini, D., Salvetti, G., & Bosco, M. (2007). Evaluation of the effectiveness of biobehavioral therapy in the treatment of temporomandibular disorders: a literature review. Behavioral Medicine, 33(3), 101-118.
- Ricard, F. (2005). Tratado de osteopatía craneal, Articulación temporomandibular: análisis y tratamiento ortodóntico. Ed. Médica Panamericana. Madrid.
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